Según Moisés, el olivo formó parte de los siete productos ofrecidos por Dios al pueblo de israel, y bendijo a Israel antes de morir con el aceite de su fruto. El mismo Rey David pidió a unos soldados, escogidos de entre los mejores, vigilar los olivares y las reservas de aceite de oliva.
En la iglesia cristiana, el aceite sigue siendo todavía, junto a la mirra y la canela, el principal componente de los aceites de bendición que sirven para dar los santos sacramentos. Incluso en el Corán se menciona el aceite de oliva: la luz divina, que guía a los hombres es la del aceite de oliva que brilla en una lámpara encendida. Es la asociación del aceite y el fuego la que representa la presencia divina en la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.